Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

9 jun 2023

SER MAYOR CON DIGNIDAD

 SER MAYORES CON DIGNIDAD


3.1. BREVE RELATO

Un hombre septuage­nario gustaba de rodearse de  hombres más ancianos y deterio­rados que él. Entre ellos se sentía joven, docto, deseado, querido... Se decía: ¡Pobres viejos! ¡Cómo me ne­cesitan! Sin mi edad, salud y pa­labras, ¿qué sería de sus horas?

 Sucedió que un día se llegó hasta ellos un joven. Dirigiéndose al grupo, exclamó: ¡Buenos días! ¿Podrían de­cirme la hora? El hombre septuagenario se apresuró y con torpe diligencia fue a sacarse el reloj del bolsillo, cuando éste se le cayó.  

Lo siento, abuelo -dijo el jo­ven, al  tiempo que con apremio recogía el reloj del suelo-. ¡Mala pata, abuelo! ¿Se le ha roto?"

Y se alejó repitiendo: Lo siento, lo siento, abuelo... 

Cuando el joven se distanció, el hombre septuagenario exclamó malhumorado: ¡Poca educación! ¡Poca ver­güenza la de estos jóvenes de hoy! ¡Qué poco respeto y qué forma de tratar a los mayores! 

Los demás ancianos guardaron silencio pero en sus corazones no había reproches: ellos habían asumido el ser  "abuelos".

La dignidad de ser mayor es algo así como una hermosa prenda que ilumina oscurida­des y crea rescoldo que calienta manos de seres humanos ateri­dos por el desaliento, angustia y agobio que les puede producir el paso del tiempo. 

Y es que debe ser triste, muy triste, el vacío que nos puede ir dejando el pasado, si no fijamos en él la memoria mejor de las co­sas.  Los instantes que fuimos felices en una casa, con unos juegos, con una familia, con amigos, con una rosa, con un sueño...

La vida, con el paso de los años, inevitablemente, se va transformando  en montón de pérdidas donde, no obstante, palpitan hermosos retazos de felicidad. 

Buscad y veréis como encontráis el árbol de siempre, el camino de ayer, la fidelidad a las cosas im­perecederas, buscad y encontra­réis palabras, ecos que os devol­verán la memoria tal vez perdida de las cosas, buscad y aparecerá el índice del pasado que os remitirá a la salvación en momentos en que la luz de vuestra "casa" se apague y os quedéis a solas con el viento, la noche y el crujir de viejos tejados.   

No es el tiempo, ni la edad los culpables de que seamos o no "abuelos". No, somos nosotros mismos, cuando borramos del almana­que nuestro cumplea­ños, cuando nos molestan los cam­bios, cuando seguimos afe­rra­dos a una juventud que se nos fue...


CÓMO LOGRAR ÉXITO Y DIGNIDAD A PESAR DE LOS AÑOS. 

Como  hemos venido diciendo, el envejecer no es algo que ocurra de un día para otro, por muy puntuales que sean los acontecimientos, como la jubilación, casamiento de los hijos, etc. Se envejece día a día, dependiendo de nosotros, en gran parte, el retener e incluso retardar el proceso o en cualquier caso caminar de cara a  él de la mejor manera que esté a nuestro alcance. Cuanta más capacidad  tenga el individuo para desplegar un discurso sobre su propio envejecimiento con conceptos realmente positivos, mayor será la posibilidad de proteger su autoestima, y de asegurarse envejecer exitosamente. 

Conclusión: El envejecimiento digno y exitoso es un trabajo diario, es trabajo feliz, es un trabajo productivo que logra un enriquecimiento único y especial, que se define en términos de bienestar propio y satisfacción subjetiva, y que trasciende la edad biológica. 

El camino a recorrer para lograr el éxito deseado de cara a nuestra “mayoría” de edad, se basa en tres pilares a los que vamos a dedicar atención e información. Pilares de orden biológico, psicológico y social


  1. Disminuir la aparición de enfermedades.  (Factor biológico)
  2. Mantener, y en lo posible acrecentar, la actividad económica e intelectual.   (Factor psicológico)
  3. Mantener un compromiso con los otros y con la vida. (Factor social)

Analizaremos cada uno de estos factores:


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