Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

7 dic 2014

Desde la sierra cordobesa


Campanas catedralicias, murmullos de rezos conventuales,
 tejados que chorrean, callejuelas empedradas, 
ayes que agita el viento, y yo que me repito: es la vida.

UNA bandada de palomos surca los cielos de esta sierra, rincón del mundo, olvido de todos, silencios entronizados en mi alma… ¡hace ya tantos años!
Pero los ecos que vagan por el azul sombrío de este atardecer se tornan susurros en flujo de vibraciones que me corren por los pulsos y perpetúan la belleza de tanto amor vivido, de tanto amor no correspondido…
Un palomo, dos, tres… En arrullo de amores revolotean por mi cielo vespertino, y mi alma en armonía con la paz de esta sierra, entona canciones, viejas y nuevas. 
Canciones, sí, al azul del cielo, al azul del mar, al pardo de las hojas, al negro oscuro de esta sierra donde mi nada se  funde con los mil olores de la tierra, y  se iza  también en vuelos blancos… Sí, mi nada se pierde reverente ante tanta belleza.
Pero mi canción sigue y sigue, plegaria que se aúpa en la copa de esta misteriosa tarde, abrazando la luz infinita de tantas estrellas rotas que se desintegran sin manos que las acaricien.
No importa el color, no importa mi nada; tan sólo mi canción y mis manos extendidas a la atenta mirada crepuscular que se cierra  ya en noche, tras las montañas.
  Y esta bandada de palomos, uno, dos, tres… libertad y brisa, caudal de mi ángelus en esta sierra que ya es triste y oscura, donde  se cierra la puerta de los ecos y a solas conmigo, una oración me brota: quiero seguir en mi nada y volar como esta bandada de…  uno, dos, tres… palomos.


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