Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

21 may 2009

MICROCUENTO

CAMBIO DE PRISIÓN


El despliegue policial para el transporte de presos era impresionante. Dentro de mi coche observaba, al tiempo que mis reflexiones y también mis lágrimas me asfixiaban en un vaivén de pensamientos, cuya dirección no era otra que la de aquel alumno, adolescente él, que pasó un mes en el aula de uno de mis muchos destinos.
¡Tan sólo un mes!, porque la mala pata de una gripe me ausentó de mi trabajo. Cuando regresé ya no estaba: había sido expulsado.
Padres permisivos y despreocupados, maestros que sólo tuvieron para él palabras de reproches y rincones de castigo, calle que lo contaminó del ambiente fácil de la delincuencia y sociedad que lo anatematizó y condenó a la pena máxima para un joven: privación de libertad e internamiento en no sé qué cárcel de España.
Aquel chaval, torrente de feroz adolescencia, era, cuando lo conocí, herida sin drenar, agujero negro, por donde, no obstante, un rayo de esperanza oteaba por el universo de su mirada, mezcla de picardía y ternura.
Y mis lágrimas, al recordarlo, era, son, como una incesante súplica: No, él no precisaba coches blindados, ni esposas, ni grilletes... Él sólo hubiera necesitado, y puede que aún lo siga necesitando, un poco de amor.
En esta noche de luna llena, donde con tantos amigos me conjuro, él sigue siendo presencia viva en mis pensamientos.
Mañana esta cárcel estará vacía y presta para ser convertida en solar.
No pido para mí, al menos por esta noche, riquezas, ni amor, ni amigos que me correspondan; no quiero nada. Sólo deseo, sí, un cielo como techo y un camino para los pies de tantos delincuentes que, entre todos, los expulsamos del escenario de la vida y los condenamos a grilletes, lejos, muy lejos, de la libertad. ¡Dios qué pena!

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