Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

10 may 2013

Primera Comunión: Carta a mi nieto Ramón


Recuerdas, precioso, cuando te mirabas en los charcos y exclamabas: ¡Abuela,
en el agua estoy coloreado de negro!
Mañana, los espejos del mundo, que son los ojos de los que te queremos,
te veremos coloreado, por fuera y por dentro, de un blanco tan radiante
que nos deslumbrará por su belleza feliz e inocente.
¡Ojala jamás te veas, ni en los charcos, coloreado  de negro!

¡Vaya día el de mañana domingo, mi querido Ramoncillo! ¡Nada más y nada menos que tu Primera Comunión! ¿Sabes bien qué significa recibir por Primera vez la Comunión? Seguro que no, porque, a pesar de tus sobresalientes notas, a pesar de tus constantes rebeldías, preguntas e inquietudes, muchas, muchas más de las que a tu edad corresponden, la fe, a la que tú hoy te adhieres, impulsado por padres, familia y costumbres católicas, es algo complejo, incluso para los mayores, así que, como otras veces, y no siempre con acierto, esta tu abuela, te quiere decir con pocas palabras, lo que entiende por recibir por primera vez la Comunión.

Verás, precioso, es algo así como asistir a una fiesta, invitado por alguien importante que desea te sientes con él a la mesa para celebrar su cumple, por ejemplo. Y claro, te preparas, te arreglas bien y te sientes contento porque, sobre todo, consideras un honor el que se haya acordado de ti.

¿A que esto lo entiendes? Bueno, pues, Jesús, del que tanto te han hablado, también invitó a sus amigos, sus discípulos, a celebrar con Él la última cena que iban a pasar juntos. Y compartieron mesa, pan y un traguillo de vino. Y les dijo más o menos: Siempre que os juntéis comed este pan y bebed este vino en memoria mía porque yo estaré con vosotros.

¡Ea!, pues tú, mañana, estás invitado a comer de ese pan y a beber –bueno, mojarte los labios- de ese vino. Así que será como el pacto que cierre tu amistad con Jesús, pero, ¡claro, ya sabes! Los amigos se quieren, se respetan, se son fieles siempre en todo y, bueno, cuando vayas cumpliendo años, si así lo deseas, podrás ir ratificándote en la decisión de ser amigo de Jesús, que hoy, entre todos, hemos decidido.

Sé muy feliz, vida mía y, si eres un buen cristiano, lo serás, porque entenderás que la mayor felicidad reside en el pacto de amor con la humanidad, pacto que hoy celebramos contigo todos lo que te queremos. Recuerda siempre que Jesús dijo: lo primero y principal, amar a Dios y al prójimo.

Y tu abuela, como siempre, llorará pero de alegría y por muchas cosas que ella sola sabe y guarda. Un montón de besos.

Tus hermanos, Gabriel y Gonzalo, los primos y yo
te queremos mucho y te deseamos un gran día de tu Primera Comunión.

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Y hoy, lunes, pongo cara a tu gran día con esta foto que nos hizo el tito Ramón y que llevaré siempre conmigo como recuerdo de un gran día.



De Navidades aquí, ¡cómo habéis crecido!

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