Mis pensamientos, poemas, cuentos... de Isabel Agüera

21 mar 2009

Es curioso el hecho de que aquellos que más reciben de nosotros son a corto plazo los que más nos ignoran; les resulta difícil aceptar que un día fuimos hombros donde se auparon.


¡Qué fácil resulta sentirse rodeados de amigos cuando los días y los acontecimientos nos son favorables! Sólo que les sobra el nombre de amigos; son aduladores falsos e ignorantes porque nada recibirán, excepto la vanidad de pronunciar nuestro nombre.


Si encontráis alguien que de verdad se alegre con vuestros triunfos y llore con vuestros dolores, no dudéis en proclamarlo amigo; lo será de verdad.

Somos, hijos, criaturas en cuyas miradas asoma el alba; somos corazón y vida por donde fluye el maravilloso ocaso de cada atardecer. Somos himno que entona sueños, mientras tejemos el sutil relámpago que cruza el cielo y lo ilumina en blanca vorágine de altura. Somos belleza y amor.

Somos, y ahí radica el milagro, solitario bosque de felicidad.
Despejad horizontes y veréis que al final del camino sólo existe una verdad: el amor vivido.

¡Ojalá tengáis talento para caminar, volviendo, de vez en cuando, la vista atrás, para reconocer muchas historias de amor, protagonizadas por vosotros sin ser por ello los actores principales!

Pero no dejéis esta tarea para el final; puede que a vuestro paso dejarais espinas. Si así es, regresad, arrancadlas y en su lugar sembrad rosas.

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